Cuando a una persona le dicen que necesita una cirugía, surgen muchas dudas:
¿Qué tipo de anestesia me pondrán?
¿Es segura para mí?
¿Qué pasa con mis medicamentos habituales?
Una de las situaciones que más preguntas genera es cuando el paciente toma heparina, un medicamento que se utiliza para “afinar” la sangre y evitar coágulos.
Por otro lado, la anestesia raquídea es una técnica muy usada, en la que el médico anestesiólogo coloca un medicamento en la espalda para “dormir” la parte baja del cuerpo, sin necesidad de dormir por completo al paciente.
El detalle está en que la heparina y la anestesia raquídea pueden tener una relación delicada. La heparina, al evitar que la sangre coagule, aumenta el riesgo de sangrado. Y si justo se forma un sangrado dentro de la columna después de una anestesia raquídea, podría haber complicaciones serias, aunque son muy poco frecuentes.
Por eso, si tú tomas heparina, es fundamental que tu anestesiólogo lo sepa y ajuste los tiempos de suspensión y reinicio del medicamento.
Este artículo te explicará, con palabras sencillas, qué hace la heparina, por qué juntos requieren cuidado especial, cómo se previene cualquier riesgo y qué debes tener en cuenta como paciente.
¿Qué es la heparina y para qué sirve?
La heparina es un medicamento que ayuda a que la sangre no forme coágulos con facilidad. Se dice comúnmente que “adelgaza la sangre” o la hace más líquida.
¿Por qué alguien necesitaría eso?
Porque en ciertas enfermedades, la sangre tiende a formar coágulos que pueden ser peligrosos. Por ejemplo:
Trombosis venosa profunda: coágulos en las venas de las piernas.
Embolia pulmonar: coágulos que viajan a los pulmones.
Problemas del corazón: como arritmias o válvulas artificiales que favorecen la formación de trombos.
Después de cirugías grandes o periodos de reposo prolongado, para prevenir complicaciones.
Existen dos tipos principales:
Heparina no fraccionada: suele usarse en hospitales, en dosis ajustadas según análisis de sangre.
Heparina de bajo peso molecular (como enoxaparina o dalteparina): se usa mucho en casa, con inyecciones subcutáneas, normalmente una o dos veces al día.
¿Por qué la heparina puede ser un problema con la anestesia raquídea?
Cuando se realiza una anestesia raquídea, el anestesiólogo introduce una aguja muy fina en el espacio que rodea la médula. Generalmente no pasa nada, pero como toda punción, puede haber un mínimo sangrado.
Si la persona está tomando heparina, la sangre no coagula como debería. Esto puede aumentar el riesgo de que se forme un hematoma espinal, es decir, una acumulación de sangre en la zona de la punción.
El problema del hematoma espinal es que está dentro de la columna, en un espacio cerrado. Si se acumula sangre ahí, puede presionar la médula espinal y afectar los nervios. Los síntomas más graves serían:
-Dolor intenso de espalda.
-Debilidad o pérdida de fuerza en las piernas.
-Problemas para orinar o mover las piernas.
Es una complicación muy rara, pero puede dejar secuelas si no se detecta y trata a tiempo.
Por eso, los anestesiólogos en todo el mundo siguen protocolos estrictos para evitarlo. Lo más importante es el tiempo: saber cuántas horas han pasado desde la última dosis de heparina antes de la anestesia, y cuántas horas esperar después para reiniciarla.
¿Qué hace el anestesiólogo para reducir ese riesgo?
El anestesiólogo tiene un papel fundamental en la seguridad del paciente. Estas son algunas de las medidas que toma:
Revisar la historia clínica completa. Pregunta siempre si el paciente usa anticoagulantes, aspirina, clopidogrel u otros medicamentos que afecten la coagulación.
Solicitar análisis de sangre. Con pruebas de coagulación puede evaluar si la sangre está en condiciones seguras para la punción.
Respetar los intervalos seguros. Cada tipo de heparina tiene un tiempo mínimo de suspensión antes de realizar la anestesia raquídea.
Monitorear después de la cirugía. El anestesiólogo y el equipo quirúrgico vigilan signos de alarma como dolor intenso de espalda o dificultad para mover las piernas.
Explicar al paciente. Dar instrucciones claras sobre cuándo suspender y cuándo reiniciar la heparina, y qué síntomas deben reportar de inmediato.
Con estas medidas, el riesgo de complicaciones disminuye enormemente.
¿Cuánto tiempo antes debo suspender la heparina?
Esta es la gran pregunta que hacen los pacientes. La respuesta depende del tipo y la dosis de heparina:
Heparina no fraccionada (IV o SC): debe suspenderse al menos 4 a 6 horas antes de la anestesia raquídea.
Heparina no fraccionada (IV) Suspender 4–5 h antes de la cirugía.
Heparina no fraccionada (SC) Suspender 12 h antes de la cirugía
Heparina de bajo peso molecular (ej. enoxaparina, dalteparina):
Si se usa en dosis preventivas (una vez al día): esperar al menos 12 horas.
Si se usa en dosis terapéuticas (dosis altas, dos veces al día): esperar 24 horas.
El anestesiólogo siempre confirmará estos tiempos y, si es necesario, coordinará con el cirujano o con el médico que recetó la heparina para no comprometer la seguridad del paciente.
¿Y después de la cirugía, cuándo puedo volver a ponerme heparina?
Después de una operación con anestesia raquídea, hay que esperar un tiempo prudente antes de reiniciar la heparina. Esto evita que la punción aún reciente sangre y forme un hematoma.
En la mayoría de los casos, la heparina se puede reiniciar entre 12 y 24 horas después de la anestesia raquídea, dependiendo de la cirugía, el riesgo de sangrado y la dosis.
Si el paciente necesita la heparina con urgencia (por ejemplo, porque tiene alto riesgo de coágulos), el anestesiólogo valorará el mejor momento junto al cirujano.
Síntomas de alarma después de una anestesia raquídea en pacientes con heparina
Aunque la gran mayoría de pacientes no tiene problemas, es importante que el paciente sepa qué síntomas debe reportar inmediatamente después de psado el tiempo de anestesia raquidea que generalmente son de 2 a 4 h :
-Dolor de espalda muy fuerte o creciente.
-Debilidad o entumecimiento en las piernas.
-Dificultad para mover las piernas.
-Problemas para orinar o pérdida de control urinario.
Si aparece alguno de estos síntomas, hay que avisar de inmediato al médico. El diagnóstico temprano de un hematoma espinal permite tratarlo a tiempo y evitar secuelas.
Preguntas frecuentes de los pacientes
¿Me pueden negar la anestesia raquídea por usar heparina?
No necesariamente. Depende de cuándo fue tu última dosis y del riesgo de sangrado. Si no se cumplen los tiempos seguros, puede recomendarse otro tipo de anestesia.
¿Es más segura la anestesia general en estos casos?
A veces sí, especialmente si no se puede suspender la heparina. Pero cada caso se individualiza.
¿Qué pasa si no suspendo la heparina a tiempo?
Se aumenta el riesgo de sangrado dentro de la columna. Por eso es fundamental seguir las indicaciones médicas.
¿Es peligroso suspender la heparina antes de la cirugía?
Suspenderla por unas horas o un día, siguiendo el control del médico, suele ser seguro. El anestesiólogo y el cirujano coordinan para que el riesgo de coágulos no aumente demasiado.
Conclusión
La heparina y la anestesia raquídea son dos herramientas médicas muy valiosas. La primera protege contra coágulos; la segunda permite cirugías seguras y menos invasivas.
Combinarlas requiere cuidado, porque aumenta el riesgo de sangrado en la columna. Pero con protocolos claros, análisis adecuados y la experiencia del anestesiólogo, este riesgo se reduce al mínimo.
Lo más importante para el paciente es informar siempre sobre los medicamentos que usa, seguir las indicaciones de suspensión y reinicio de la heparina, y avisar al médico si presenta síntomas extraños después de la cirugía.
Con buena comunicación y confianza en el equipo médico, la anestesia raquídea es una técnica segura incluso en pacientes anticoagulados.