Cuando una persona se va a someter a una cirugía, una de las principales preocupaciones es la anestesia. Muchos pacientes reciben anestesia raquídea o neuroaxial, también conocida como anestesia espinal, especialmente en operaciones de abdomen bajo, cesáreas, hernias, prótesis de rodilla o cadera, entre otras.
Pero existe una duda frecuente:
“Yo tomo aspirina todos los días… ¿qué pasa si me ponen anestesia raquídea?”
Este artículo está pensado para pacientes y familiares que buscan información clara, sencilla y confiable sobre la relación entre la aspirina y la anestesia raquídea.
¿Qué es la anestesia raquídea?
La anestesia raquídea es una técnica en la que el anestesiólogo inyecta un medicamento en la zona lumbar de la espalda, en el espacio que rodea la médula espinal.
Este procedimiento:
-Adormece la parte inferior del cuerpo.
-Permite que el paciente esté despierto, pero sin dolor.
Es muy utilizado en cesáreas, operaciones de miembros inferiores y cirugías urológicas.
El efecto comienza rápido, en pocos minutos, y dura entre 1 y 3 horas, dependiendo del medicamento usado.
¿Qué son los antiagregantes plaquetarios?
Los antiagregantes plaquetarios son medicamentos que ayudan a evitar que las plaquetas, unas células de la sangre encargadas de formar coágulos, se “junten” y tapen las arterias.
En otras palabras, hacen que la sangre sea menos propensa a formar coágulos peligrosos, reduciendo el riesgo de:
-Infarto de corazón.
-Accidente cerebrovascular (derrame).
-Trombosis en arterias o stents.
¿Cuáles son los más comunes?
Algunos de los más utilizados son:
Aspirina (ácido acetilsalicílico)
Clopidogrel (Plavix®)
Prasugrel
Ticagrelor
Cada uno actúa de manera distinta, pero el objetivo es el mismo: proteger las arterias del paciente.
¿Qué es la aspirina y para qué se utiliza?
La aspirina, cuyo nombre químico es ácido acetilsalicílico, es uno de los medicamentos más conocidos en el mundo. Se receta principalmente para:
-Prevenir infartos de corazón.
-Disminuir el riesgo de accidente cerebrovascular (derrame cerebral).
-Prevenir la formación de coágulos en las arterias.
-En algunos casos, como analgésico o antiinflamatorio.
En la actualidad, millones de personas la toman a diario, en dosis bajas (75 a 300 mg), como protección cardiovascular.
¿Cómo actúa la aspirina en el cuerpo?
La aspirina tiene un efecto principal: disminuye la capacidad de las plaquetas para formar coágulos.
Las plaquetas son células de la sangre que actúan como “tapones” cuando tenemos una herida o sangrado. La aspirina las vuelve menos pegajosas, evitando que se agrupen.
Esto es muy útil para prevenir coágulos en el corazón o el cerebro, pero también significa que el cuerpo tarda más en detener un sangrado.
El efecto de la aspirina dura toda la vida de la plaqueta (7 a 10 días). Por eso, aunque uno deje de tomarla hoy, su efecto anticoagulante puede seguir presente durante una semana.
Cuando el anestesiólogo coloca la aguja para la anestesia raquídea, existe un riesgo (aunque muy pequeño) de que se produzca un sangrado en la zona.
En pacientes que toman aspirina, ese sangrado podría ser más difícil de controlar. El temor principal es la formación de un hematoma espinal, es decir, una acumulación de sangre en el canal de la médula espinal.
Un hematoma espinal puede presionar la médula y causar dolor intenso, pérdida de sensibilidad o, en casos graves, problemas permanentes para caminar.
Por eso es que somos mucho mas cuidadosos con los pacientes que toman medicamentos que afectan la coagulación.
Los riesgos más mencionados son:
–Sangrado en el sitio de la punción.
–Hematoma espinal (muy raro, pero grave).
–Dolor lumbar más intenso si hay sangrado local.
La buena noticia es que, en la mayoría de estudios, la aspirina sola no ha mostrado aumentar de manera significativa el riesgo de hematoma espinal.
El riesgo mayor aparece cuando la aspirina se combina con otros medicamentos anticoagulantes, como heparina, clopidogrel o warfarina.
¿Qué dicen las guías médicas sobre aspirina y anestesia raquídea?
Las principales sociedades de anestesia, como la ASRA (American Society of Regional Anesthesia), han estudiado este tema a fondo.
Sus recomendaciones son:
–La aspirina sola NO está contraindicada para la anestesia raquídea.
-No es necesario suspenderla en la mayoría de los pacientes.
-Solo se debe evaluar suspenderla si el paciente tiene otros factores de riesgo de sangrado.
En otras palabras: si solo toma aspirina como prevención cardiovascular, el anestesiólogo puede realizar la anestesia raquídea con seguridad.
Aunque en general no se suspende, hay casos donde el anestesiólogo y el cirujano pueden recomendar detener la aspirina unos días antes de la cirugía:
Si la cirugía tiene alto riesgo de sangrado (por ejemplo, neurocirugía o cirugía de columna mayor).
Si el paciente además toma otros anticoagulantes o antiagregantes.
Si el paciente tiene problemas de coagulación conocidos.
Si el beneficio de suspenderla supera el riesgo cardiovascular.
En esos casos, la aspirina suele suspenderse de 5 a 7 días antes de la anestesia raquídea.
¿Cuándo NO se suspende la aspirina?
En algunos pacientes, suspender la aspirina puede ser peligroso. Por ejemplo:
-Personas con stents coronarios colocados recientemente.
-Pacientes que tuvieron un infarto en los últimos meses.
-Pacientes con antecedentes de trombosis arterial grave.
Diferencias entre aspirina y otros anticoagulantes
Muchos pacientes confunden la aspirina con otros medicamentos “para la sangre”.
Importante: no todos los anticoagulantes son iguales.
Aspirina: antiagregante plaquetario (bajo riesgo con anestesia raquídea).
Clopidogrel (Plavix): más potente, sí suele requerir suspensión previa.
Warfarina: anticoagulante clásico, requiere suspenderse varios días y controlar INR.
Heparinas: requieren tiempos específicos antes y después de la anestesia raquídea.
Nuevos anticoagulantes (dabigatrán, rivaroxabán, apixabán): requieren suspenderse días antes.
Por eso, es clave que el paciente diga exactamente qué medicamento toma y en qué dosis.
Recomendaciones para pacientes que toman aspirina y necesitan anestesia raquídea
No suspenda la aspirina por su cuenta.
-Informe siempre al anestesiólogo y al cirujano que la toma.
-Lleve su lista de medicamentos a la consulta preanestésica.
-Pregunte si en su caso específico debe suspenderse o no.
-Si el médico decide suspenderla, siga exactamente las indicaciones.
-Nunca reinicie la aspirina sin consultar después de la cirugía.
Preguntas frecuentes de los pacientes
1. ¿Me puede pasar algo grave si tomo aspirina y me hacen anestesia raquídea?
En la mayoría de los casos, no. El riesgo de complicaciones es bajo si la aspirina es el único medicamento.
2. ¿Tengo que suspender la aspirina antes de una cesárea con anestesia raquídea?
En la mayoría de las cesáreas no se suspende, porque el riesgo de sangrado es menor que el riesgo cardiovascular.
3. ¿Qué pasa si no le digo al anestesiólogo que tomo aspirina?
Podría aumentar el riesgo de complicaciones. Siempre es mejor ser honesto y dar toda la información.
4. Si la suspendo, ¿me puede dar un infarto?
Sí, en algunos pacientes de alto riesgo. Por eso solo debe suspenderse bajo recomendación médica.
5. ¿La aspirina y el ibuprofeno son lo mismo?
No. El ibuprofeno también afecta a las plaquetas, pero su efecto es más corto. El manejo es distinto.
Fuentes principales:
1. ASRA – American Society of Regional Anesthesia and Pain Medicine (4ª edición, 2018)
Guía de práctica sobre anestesia regional en pacientes que reciben terapia antitrombótica o trombolítica:
ESAIC/ESRA – Guías Europeas Conjuntas (2022)
Guía actualizada de la Sociedad Europea de Anestesiología y Cuidados Intensivos junto con la Sociedad Europea de Anestesia Regional sobre anestesia regional en pacientes que usan drogas antitrombóticas
Gogarten et al. (2010) – ESA (predecesora de ESAIC)
Recomendaciones de la European Society of Anaesthesiology sobre anestesia regional y agentes antitrombóticos